El eslabón perdido: la importancia del vínculo padres-colegio.
El eslabón perdido
Vivimos tiempos en los que la cultura de la violencia y los excesos entre los jóvenes nos hace preguntarnos ¿En dónde ha quedado ese eslabón que debe unir a colegios y familias en la lucha por la formación de seres humanos integrales? ¿En qué momento se perdió? ¿Qué podemos hacer para recuperarlo?
Educar a nuestros hijos en valores y a partir del respeto, es el punto de partida para garantizar que crecerán como seres humanos sensibles y respetuosos y sobre todo para que la familia, como valor fundamental, siga siendo el puerto seguro que ellos necesitan ante los peligros a los que están expuestos en el mundo actual.
La formación de nuestros niños y jóvenes es un compromiso en el que las instituciones educativas y las familias somos corresponsables y de ahí se deriva la importancia de saber elegir el colegio que queremos para ellos, el que mejor se adapta al perfil de nuestra familia, a nuestros valores, a nuestras creencias y a la forma en la que deseamos que ellos se desarrollen. ¿Queremos hijos que sean los “líderes del mañana” pero sin valores, sin límites, sin respeto a los demás?, ¿Queremos seres humanos íntegros, respetuosos y que sepan ser ciudadanos responsables y honestos?
La decisión es nuestra.
“Los niños necesitan una figura de autoridad que los contenga, que les marque límites firmes y claros porque eso les da seguridad. Necesitan saber que” no” significa “no” y que sus modelos a seguir son congruentes con sus palabras, sus reglas y sus acciones.”
Construir juntos
Aunque parezca una tarea difícil, el trabajo conjunto de escuelas y padres de familia es la única manera de garantizar una formación enfocada hacia el respeto y la no violencia.
Y si partimos de esta base encontraremos que educar a nuestros hijos desde los límites es sencillo si identificamos qué necesitamos cambiar, si asumimos el papel que nos corresponde como padres y maestros y les mostramos la figura de autoridad, el modelo a seguir, el ejemplo y el lugar de contención y seguridad que ellos necesitan a partir de las siguientes estrategias:
- Retomar y fortalecer a la familia como el valor fundamental a partir del cual se desarrollan. Volverla fuerte, sólida y con valores claros. Tener un proyecto de vida conjunto.
- Dejarles claro desde el primer momento que somos sus padres y no sus amigos.
- Hacerles saber que NO significa NO y no tener miedo a decírselos.
- Ser firmes y congruentes con las reglas y que hay cosas que no se pueden negociar.
- Hablar con ellos, escucharlos y reflexionar juntos.
- Darles sólo lo que necesitan de acuerdo a su edad.
- Promover una cultura de responsabilidad en ellos.
- Darles pequeños deberes que les ayuden a volverse autónomos.
- Enseñarles el verdadero valor de las cosas. A ser pacientes, a ahorrar y a esforzarse para conseguir lo que desean.
“La falta de respeto invita a la falta de respeto. La violencia incita a la violencia” – Meryl Streep
En el siglo XXI ya no basta con pensar que “dar lo mejor” a nuestros hijos nos convierte en buenos padres y colegios, necesitamos garantizar una educación de calidad con familias e instituciones educativas realmente comprometidas con su papel. Una educación conjunta que promueva ante todo los valores, el respeto a los otros y que establezca límites claros para ellos. Nunca olvidemos que nosotros somos los adultos y que un NO es NO o un SI es SI, pensando siempre en su bienestar.
En conclusión, retomar el eslabón que debe unir a las familias con su colegio, es la única forma de asegurar el mejor futuro de la educación en nuestro país.
Como padres debemos ser plenamente conscientes de que: el poder de elegir el colegio que será la extensión de nuestra familia es nuestro, la decisión de apoyar sus reglas y consecuencias es nuestra y el compromiso de ser corresponsables del proceso de formación de nuestros hijos es nuestro también.
Alejandra Ruiz S.
Directora General
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